La basílica de San Pedro tiene un “hermano gemelo digital” idéntico. Sus padres son una empresa francesa experta en ‘conservación digital’ del patrimonio artístico de zonas de guerra y el modelo de inteligencia artificial (IA) del gigante Microsoft.
El clon ha permitido detectar daños en los mosaicos de la basílica y lanzar una web ultrarealista que muestra al detalle la basílica vaticana. Además, la enorme cantidad de material recopilado ha convencido al Vaticano de abrir una zona de la basílica hasta ahora cerrada para proyectar en tamaño real detalles del templo que acoge la tumba de San Pedro a los que el ojo humano no alcanza.
Si para construir la basílica vaticana hicieron falta 120 años, para capturar y elaborar cada milímetro de su superficie han sido necesarios sólo dos años y medio.
Por primera vez han usado la inteligencia artificial en el Vaticano “para identificar daños estructurales con una rapidez y precisión que superan con creces la capacidad humana”.
Han contado con la ayuda del arquitecto francés Yves Ubelmann y su empresa Iconem, que ha fotografiado al detalle este patrimonio de la humanidad.